Sagradas palabras. Pues no s??. Por supuesto siempre he mantenido que la democracia no es una simple meta a la que se llega y en la que uno se instala, sino, en met??fora matem??tica, una as??ntota a la que uno se dirige sin alcanzarla nunca plenamente, como el horizonte, y siempre perfectible. En cuanto a la ciudadan??a, su sentido como ant??nimo del s??bdito est?? claro, pero hay tantos peros en ella como en la democracia.
Finalmente he llegado a la conclusi??n de que la democracia y la ciudadan??a son conceptos m??sticos, religiosos, lo cual no quiere decir, ociosos, y los pol??ticos sus sacerdotes.
La democracia es un medio no un fin. El fin es la libertad y la justicia. La ciudadan??a lo mismo, y sus fines, los mismos. En la democracia lo que cuenta es si sirve al bien com??n, y est?? claro que alcanzar ese fin es siempre manifiestamente mejorable con ese medio, el menos malo de los probados hasta ahora.
Por su parte, la ciudadan??a, dejando de lado su ant??nimo repudiable, la servidumbre y el s??bdito, es un factor individual, podr??amos decir calvinista, en el que en el individuo se manifiesta la gloria, el halo divino, de la democracia, pero cuyo sentido es la capacidad de intervenci??n, de no ser un sujeto pasivo, sea cual sea su calificaci??n, y cuya manifestaci??n m??s obvia es esa reuni??n de creyentes individuales (protestantes) que es la asamblea, otro concepto netamente religioso. Cuando ??sta no es viable por el n??mero se inventa la democracia participativa y mediadora de los partidos.
Yo no soy creyente, ya no, no creo en la ciudadan??a por la misma raz??n que no creo en las democracias realmente existentes, porque, ??se puede ser ciudadano para intervenir si no eres libre m??s que para votar (entre unas muy determinadas opciones), si est??s excluido en tus condiciones socioecon??micas, digamos, de esa libertad, salvo por la obligaci??n f??ctica de votar? Soy un descre??do, un incr??dulo, un ateo, pero tengo que a??adir un matiz importante: la democracia y la ciudadan??a, incluidos el derecho al voto, las asambleas y los parlamentos que las sustituyen, son liturgias. Pues bien, yo creo en la utilidad ben??fica y real de esas liturgias a falta de algo mejor que nadie me ha mostrado, pero cada vez menos en sus sacerdotes, los pol??ticos, nuevos o recientes, que las administran. Siguiendo con lo que para m?? es algo m??s que una met??fora religiosa, sino un hecho antropol??gico, dir?? que cada vez soy... m??s anticlerical, y los curas, cuanto m??s gritan, menos me gustan.
Finalmente he llegado a la conclusi??n de que la democracia y la ciudadan??a son conceptos m??sticos, religiosos, lo cual no quiere decir, ociosos, y los pol??ticos sus sacerdotes.
La democracia es un medio no un fin. El fin es la libertad y la justicia. La ciudadan??a lo mismo, y sus fines, los mismos. En la democracia lo que cuenta es si sirve al bien com??n, y est?? claro que alcanzar ese fin es siempre manifiestamente mejorable con ese medio, el menos malo de los probados hasta ahora.
Por su parte, la ciudadan??a, dejando de lado su ant??nimo repudiable, la servidumbre y el s??bdito, es un factor individual, podr??amos decir calvinista, en el que en el individuo se manifiesta la gloria, el halo divino, de la democracia, pero cuyo sentido es la capacidad de intervenci??n, de no ser un sujeto pasivo, sea cual sea su calificaci??n, y cuya manifestaci??n m??s obvia es esa reuni??n de creyentes individuales (protestantes) que es la asamblea, otro concepto netamente religioso. Cuando ??sta no es viable por el n??mero se inventa la democracia participativa y mediadora de los partidos.
Yo no soy creyente, ya no, no creo en la ciudadan??a por la misma raz??n que no creo en las democracias realmente existentes, porque, ??se puede ser ciudadano para intervenir si no eres libre m??s que para votar (entre unas muy determinadas opciones), si est??s excluido en tus condiciones socioecon??micas, digamos, de esa libertad, salvo por la obligaci??n f??ctica de votar? Soy un descre??do, un incr??dulo, un ateo, pero tengo que a??adir un matiz importante: la democracia y la ciudadan??a, incluidos el derecho al voto, las asambleas y los parlamentos que las sustituyen, son liturgias. Pues bien, yo creo en la utilidad ben??fica y real de esas liturgias a falta de algo mejor que nadie me ha mostrado, pero cada vez menos en sus sacerdotes, los pol??ticos, nuevos o recientes, que las administran. Siguiendo con lo que para m?? es algo m??s que una met??fora religiosa, sino un hecho antropol??gico, dir?? que cada vez soy... m??s anticlerical, y los curas, cuanto m??s gritan, menos me gustan.
Apostilla localista
Que un partido tan corrupto, nepotista y da??ino como el PP siga teniendo tantos millones de votos s??lo se entiende por ese car??cter religioso de sus votantes. Por definici??n, un creyente religioso tiene que mantener suspendida su incredulidad, y a eso tambi??n ayuda no s??lo la fe sino la falta de educaci??n, la ignorancia. Pero, cuidado, eso mismo explica la existencia de votantes en el PSOE, en Ciudadanos, en Podemos, en??? sus benditos creyentes, capaces de comulgar con ruedas de molino, ir a sus misas-m??tines y despu??s, lo mejor de todo, salir a la calle absueltos y dispuestos tomarse el aperitivo y comprar pasteles. Pero no todos pueden, ni aqu?? ni en ninguna parte del mundo.
??Ay, la educaci??n! ??Alguien ha o??do hablar a alg??n pol??tico de la verdadera educaci??n, no de revalidas o ciclos de ense??anza reglada? El PSOE 'actual' ???dej??monos de ???historias???, dejemos ahora la Historia??? fue creado por los mejores perfumistas, un cl??sico ahora algo anticuado. El olor no es en s?? mismo alimenticio, pero favorece la ingesti??n de cualquier comida por insulsa y poco nutritiva que en el fondo sea. El PP, en cambio, s?? tiene una superioridad tr??fica sobre su cl??sico rival; no ha sido creado, es un producto natural del ecosistema social, el de los carro??eros, y por eso tiene de emblema una gaviota en lugar de una rosa. En cuanto a Podemos y Ciudadanos, salvando sus obvias distancias, son artificieros que est??n inventando de nuevo la p??lvora, y puede que les estalle en la cara.